Mi camino hacia la joyería
Desde joven descubrí en los viajes una pasión por la belleza de los detalles. Cada ciudad que conocí me regaló inspiración: los diamantes de París, el oro trabajado en Italia, las piedras llenas de vida en México. Poco a poco entendí que la joyería no era solo adornar, sino contar historias a través de piezas que permanecen en el tiempo.
También abrí mi Joyería en Plaza de Armas y después de años, se cerrará, por lo que quiero transmitir mi arte a través de cada persona que lleve una de mis Joyas.
Así nació mi vocación como joyera: transformar emociones y recuerdos en joyas que puedan acompañar a cada persona en los momentos más importantes de su vida.